1 sep.- (El Pitazo/ ccnesnoticias) La Asociación de Profesores de la Universidad Centroccidental, Lisandro Alvarado (Apucla), rechaza categóricamente las declaraciones de Nicolás Maduro donde llama a evaluar el reinicio de clases presenciales, excluyendo a la AVERU y a actores universitarios claves como Fapuv, además de afirmar que están dadas las condiciones de regresar a las clases presenciales para el mes de septiembre.
En medio del repunte de casos de Covid-19 y ante la evidente crisis hospitalaria producto de la pandemia, no existen las condiciones mínimas para que el personal docente, obrero, administrativo y estudiantes retornen a las actividades académicas en sus respectivas universidades de forma segura.
Los Universitarios exigimos condiciones mínimas para poder llevar a cabo una educación a distancia. Para retornar esta opción de dar clases semi-presenciales en el mes de septiembre, los docentes universitarios exigimos se nos garantice en primera instancia:
1) Salario dolarizado por encima de la canasta básica alimentaria.
2) Un protocolo estricto de Bioseguridad en el campus.
3) Cobertura total de HC para Covid-19 que debe ser reconocido como enfermedad laboral si salimos a trabajar sin vacuna.
4) Cobertura en HCM acorde con los costos vigentes. Con respuesta oportuna al momento de solicitarlo
5) Canasta de educación online para desarrollar la educación a distancia que incluya equipos y el mejor plan de internet posible. En otros países se cumple.
6) Discusión y acuerdo con el gremio de las nuevas condiciones de trabajo que impone la pandemia.
7) Menos estudiantes por aula para cumplir con la distancia social.
8) Equipos y servicios para el trabajo docente a distancia (Equipos de computación y conexiones de internet en todas las universidades).
10) Garantizar el transporte a razón de la crisis de gasolina que padecemos.
Nicolás Maduro y Ministro Trompiz los docentes Universitarios le preguntamos: ¿Con las universidades saqueadas, desmanteladas, sin presupuesto para infraestructura, sin luz, ni agua, con salarios de hambre y miseria, sin HCM ustedes creen que podamos iniciar clases en septiembre? Maduro usted dice que la vocación está primero que el salario. Y vocación tenemos de sobra, pero ¿En qué supermercado, farmacia, clínica, colegio, transporte público o gasolinera nos aceptarán la vocación como pago?.
Percibimos un sueldo mísero que no sólo no ha sido ajustado sino que se deprecia diariamente con el incremento del costo del dólar y del valor de los productos. Sólo en gasolina gastaremos más de lo que ganamos.
Hoy para cubrir la canasta básica se necesitan 183$, pero el salario mínimo es apenas de 1,2$. Solo cubre el 0,6% de los ingresos para poder comer. Los sueldos de los profesores universitarios van de 2,55$ a 4,91$ mensuales.
Además, ante la alta tasa de contagio y mortalidad del virus, exigimos un seguro de salud que funcione, no la falsa oferta del Sistema Integral de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (SISMEU) cuya experiencia no ha sido del todo favorable, ya que desde diciembre del año pasado no ha dado respuestas a las necesidades de los usuarios, por lo que los profesores se han visto en la necesidad de acudir a centros de salud pública y solicitar ayuda económica privada para cubrir tratamientos médicos, y otros han muerto a consecuencia del COVID-19, sin ser atendidos por ningún centro asistencial, transgrediendo los derechos previstos en la CRBV y en la tercera Contratación Colectiva Única (CCUIII) del sector universitario, impuesta por el Gobierno en el 2017,así como los Derechos Humanos de todos los Trabajadores Universitarios.
Ante el llamado de Nicolás Maduro y del ministro Tropiz de evaluar el reinicio de las clases presenciales en septiembre, en todos los niveles de la educación, le exigimos activar su obligación de garantizar el derecho a la integridad, la salud y la vida de los venezolanos.
Cumpla primero con el Art. 91 de la CRBV porque los salarios de pobreza extrema no dan para seguir subsidiando la educación universitaria.
Desde el 16 de marzo cuando comenzó la cuarentena por la pandemia del COVID-19 en Venezuela, fueron suspendidas las clases presenciales en todos los niveles educativos. Los alumnos pasaron a recibir clases vía online lo cual fue cuestionado por muchos padres, representantes y docentes quienes alegaban que en el país no se tienen las condiciones necesarias para ello.
Desde el mes de julio, cuando culminaron las clases, se desconocía cuál sería la modalidad de las actividades educativas para el mes de septiembre, pero el 21 de agosto Nicolás Maduro aseguró que estaba estudiando la idea de que el nuevo periodo escolar inicie en octubre, con un regreso a clases parcialmente presencial.
Durante una cadena nacional, Maduro comentó que su gobierno pudiera «estudiar una modalidad para en el mes de octubre regresar a las clases presenciales en las escuelas, liceos y universidades».
Señaló que «creo que es necesario… lo podemos hacer de manera segura, equipando las escuelas, los liceos y estableciendo franjas de estudiantes».
Tras el anuncio de Maduro se dieron comentarios negativos por parte de algunos usuarios a través de las redes sociales, quienes manifestaron que no es correcto el retorno de los alumnos a las aulas de clase, hasta que se tenga una vacuna efectiva contra el COVID-19.
Un usuario a través de Twitter escribió: «No creo conveniente ese regreso a clases pues donde laboro se han dado varios casos y retornar con 40 jóvenes en un aula no lo creo».
El 23 de agosto Maduro informó que se realizará una encuesta para que los venezolanos aprueben o no el inicio de clases presenciales.
En el programa Aquí con Ernesto Villegas, Maduro aclaró que se podría hacer un ensayo a partir del mes de octubre en una capacidad compartida, mixta, de clases presenciales y clases a distancia.
Nelson González, presidente de la Federación Unitaria del Magisterio de Venezuela (Fetramagisterio), fijó posición respecto al tema este jueves, 27 de agosto, asegurando que «los planteles en el país no reúnen condiciones sanitarias mínimas para reiniciar actividades presenciales de manera segura en el mes de septiembre, sería un riesgo que podría incrementar los contagios por COVID-19″.
Representantes del sector educativo rechazan la propuesta y se niegan a reincorporarse a las actividades en aulas, hasta tanto el ministro Aristóbulo Istúriz no responda a los reclamos de mejoras laborales.
Frente a la posibilidad de comenzar el año escolar 2020-2021 en medio de la pandemia y con una emergencia humanitaria compleja, Griselda Sánchez, vocera de la Coalición Sindical Nacional de Educación, afirmó el 26 de agosto que volver a las aulas sería aumentar la situación de vulnerabilidad de estudiantes, docentes, personal obrero y administrativo.
Por su parte, el presidente de la Federación Venezolana de Maestros (Fevemaestros), Orlando Alzuru, señaló este jueves que el llamado a clases presenciales hecho por Maduro “está fuera de contexto”.
Manifestó que «nosotros hemos analizado la situación y creemos que este llamado de regreso a clases, está fuera de contexto con respecto a la situación sanitaria actual».
1 sep.- (El Pitazo/ ccnesnoticias) La Asociación de Profesores de la Universidad Centroccidental, Lisandro Alvarado (Apucla), rechaza categóricamente las declaraciones de Nicolás Maduro donde llama a evaluar el reinicio de clases presenciales, excluyendo a la AVERU y a actores universitarios claves como Fapuv, además de afirmar que están dadas las condiciones de regresar a las clases presenciales para el mes de septiembre.
En medio del repunte de casos de Covid-19 y ante la evidente crisis hospitalaria producto de la pandemia, no existen las condiciones mínimas para que el personal docente, obrero, administrativo y estudiantes retornen a las actividades académicas en sus respectivas universidades de forma segura.
Los Universitarios exigimos condiciones mínimas para poder llevar a cabo una educación a distancia. Para retornar esta opción de dar clases semi-presenciales en el mes de septiembre, los docentes universitarios exigimos se nos garantice en primera instancia:
1) Salario dolarizado por encima de la canasta básica alimentaria.
2) Un protocolo estricto de Bioseguridad en el campus.
3) Cobertura total de HC para Covid-19 que debe ser reconocido como enfermedad laboral si salimos a trabajar sin vacuna.
4) Cobertura en HCM acorde con los costos vigentes. Con respuesta oportuna al momento de solicitarlo
5) Canasta de educación online para desarrollar la educación a distancia que incluya equipos y el mejor plan de internet posible. En otros países se cumple.
6) Discusión y acuerdo con el gremio de las nuevas condiciones de trabajo que impone la pandemia.
7) Menos estudiantes por aula para cumplir con la distancia social.
8) Equipos y servicios para el trabajo docente a distancia (Equipos de computación y conexiones de internet en todas las universidades).
10) Garantizar el transporte a razón de la crisis de gasolina que padecemos.
Nicolás Maduro y Ministro Trompiz los docentes Universitarios le preguntamos: ¿Con las universidades saqueadas, desmanteladas, sin presupuesto para infraestructura, sin luz, ni agua, con salarios de hambre y miseria, sin HCM ustedes creen que podamos iniciar clases en septiembre? Maduro usted dice que la vocación está primero que el salario. Y vocación tenemos de sobra, pero ¿En qué supermercado, farmacia, clínica, colegio, transporte público o gasolinera nos aceptarán la vocación como pago?
Percibimos un sueldo mísero que no sólo no ha sido ajustado sino que se deprecia diariamente con el incremento del costo del dólar y del valor de los productos. Sólo en gasolina gastaremos más de lo que ganamos.
Hoy para cubrir la canasta básica se necesitan 183$, pero el salario mínimo es apenas de 1,2$. Solo cubre el 0,6% de los ingresos para poder comer. Los sueldos de los profesores universitarios van de 2,55$ a 4,91$ mensuales.
Además, ante la alta tasa de contagio y mortalidad del virus, exigimos un seguro de salud que funcione, no la falsa oferta del Sistema Integral de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (SISMEU) cuya experiencia no ha sido del todo favorable, ya que desde diciembre del año pasado no ha dado respuestas a las necesidades de los usuarios, por lo que los profesores se han visto en la necesidad de acudir a centros de salud pública y solicitar ayuda económica privada para cubrir tratamientos médicos, y otros han muerto a consecuencia del COVID-19, sin ser atendidos por ningún centro asistencial, transgrediendo los derechos previstos en la CRBV y en la tercera Contratación Colectiva Única (CCUIII) del sector universitario, impuesta por el Gobierno en el 2017,así como los Derechos Humanos de todos los Trabajadores Universitarios.
Ante el llamado de Nicolás Maduro y del ministro Tropiz de evaluar el reinicio de las clases presenciales en septiembre, en todos los niveles de la educación, le exigimos activar su obligación de garantizar el derecho a la integridad, la salud y la vida de los venezolanos.
Cumpla primero con el Art. 91 de la CRBV porque los salarios de pobreza extrema no dan para seguir subsidiando la educación universitaria.
Desde el 16 de marzo cuando comenzó la cuarentena por la pandemia del COVID-19 en Venezuela, fueron suspendidas las clases presenciales en todos los niveles educativos. Los alumnos pasaron a recibir clases vía online lo cual fue cuestionado por muchos padres, representantes y docentes quienes alegaban que en el país no se tienen las condiciones necesarias para ello.
Desde el mes de julio, cuando culminaron las clases, se desconocía cuál sería la modalidad de las actividades educativas para el mes de septiembre, pero el 21 de agosto Nicolás Maduro aseguró que estaba estudiando la idea de que el nuevo periodo escolar inicie en octubre, con un regreso a clases parcialmente presencial.
Durante una cadena nacional, Maduro comentó que su gobierno pudiera «estudiar una modalidad para en el mes de octubre regresar a las clases presenciales en las escuelas, liceos y universidades».
Señaló que «creo que es necesario… lo podemos hacer de manera segura, equipando las escuelas, los liceos y estableciendo franjas de estudiantes».
Tras el anuncio de Maduro se dieron comentarios negativos por parte de algunos usuarios a través de las redes sociales, quienes manifestaron que no es correcto el retorno de los alumnos a las aulas de clase, hasta que se tenga una vacuna efectiva contra el COVID-19.
Un usuario a través de Twitter escribió: «No creo conveniente ese regreso a clases pues donde laboro se han dado varios casos y retornar con 40 jóvenes en un aula no lo creo».
El 23 de agosto Maduro informó que se realizará una encuesta para que los venezolanos aprueben o no el inicio de clases presenciales.
En el programa Aquí con Ernesto Villegas, Maduro aclaró que se podría hacer un ensayo a partir del mes de octubre en una capacidad compartida, mixta, de clases presenciales y clases a distancia.
Nelson González, presidente de la Federación Unitaria del Magisterio de Venezuela (Fetramagisterio), fijó posición respecto al tema este jueves, 27 de agosto, asegurando que «los planteles en el país no reúnen condiciones sanitarias mínimas para reiniciar actividades presenciales de manera segura en el mes de septiembre, sería un riesgo que podría incrementar los contagios por COVID-19″.
Representantes del sector educativo rechazan la propuesta y se niegan a reincorporarse a las actividades en aulas, hasta tanto el ministro Aristóbulo Istúriz no responda a los reclamos de mejoras laborales.
Frente a la posibilidad de comenzar el año escolar 2020-2021 en medio de la pandemia y con una emergencia humanitaria compleja, Griselda Sánchez, vocera de la Coalición Sindical Nacional de Educación, afirmó el 26 de agosto que volver a las aulas sería aumentar la situación de vulnerabilidad de estudiantes, docentes, personal obrero y administrativo.
Por su parte, el presidente de la Federación Venezolana de Maestros (Fevemaestros), Orlando Alzuru, señaló este jueves que el llamado a clases presenciales hecho por Maduro “está fuera de contexto”.
Manifestó que «nosotros hemos analizado la situación y creemos que este llamado de regreso a clases, está fuera de contexto con respecto a la situación sanitaria actual».